Cómo limpiar una oficina paso a paso
Los espacios compartidos necesitan una higienización especialmente exhaustiva. Si además se trata del lugar de trabajo donde se pasa tanto tiempo diariamente, es más importante si cabe.
Limpiar una oficina es una tarea a la que hay que dedicarle el tiempo correspondiente porque hay múltiples superficies y zonas de las que encargarse. Además, hay que saber cómo tratar cada zona para limpiarla sin estropearla.
Hoy vamos a mostrar cuál es el proceso para limpiar una oficina paso a paso y zona a zona para que no quede ni una mota de polvo o suciedad incluso con gente trabajando. Los mejores profesionales en limpieza tienen que tener todos los recursos y tienen que saber el correcto procedimiento de limpieza de una oficina.
Procedimiento para Limpiar una Oficina
Limpieza del mobiliario
En una oficina normalmente tenemos numerosos muebles que limpiar como son las mesas, las cajoneras, los armarios, estanterías y otros muchos muebles que acumulan polvo y deben ser limpiados frecuentemente, ya que el polvo da una sensación de suciedad que no da una buena imagen a la empresa, además de poder generar malestar en las personas alérgicas e interferir en el funcionamiento de aparatos electrónicos.
Hay quien usa plumeros o trapos, pero de esa manera solo se consigue mover el polvo, que se disperse por el aire y que se acabe depositando en otro lugar. Para la limpieza del mobiliario (mesas de trabajo, estanterías, armarios, etc.), el método más adecuado es usar un aspirador y bayetas humedecidas con agua y detergente con ph neutro.
Existen limpiadores específicos para cada superficie, especialmente para la madera, donde es mejor utilizar un trapo húmedo evitando el uso de embellecedores o sprays que pueden hacer que pierda su aspecto original.
Normalmente las mesas de trabajo, escritorios y estanterías o armarios que encontramos en una oficina son de melamina, un material sintético muy resistente, por lo que lo más recomendado para este tipo de muebles es usar una bayeta de microfibra con agua y jabón neutro. Además, podemos emplear un desinfectante en el caso de las mesas de trabajo, ya que es la parte que más está en contacto con los trabajadores.
Sillas de oficina y superficies tapizadas
Los muebles tapizados pueden llegar a ser las partes más complicadas de limpiar e higienizar ya que depende del textil o del material del que estén cubiertos.
Las sillas de oficina, los sofás y los sillones tapizados con textil son sencillos de limpiar utilizando un aspirador. Si hubiera alguna mancha, hay que aplicar un producto de limpieza específico siguiendo las instrucciones del fabricante.
El método cambia si el tapizado es con otros materiales más delicados como la piel natural o el terciopelo. Necesitan productos no solo de limpieza, también de mantenimiento para alargar en el tiempo su mejor estado. A veces resulta irremediable que se estropeen por el uso, pero los productos fabricados solo para tratarlos son la mejor opción.
De forma esporádica puede usarse maquinaria determinada, como sistemas de aire a presión o espuma seca para una limpieza en profundidad.
Limpiar los ordenadores, teléfonos y aparatos electrónicos
Los aparatos electrónicos son los elementos más usados en las oficinas, por lo que son una zona donde se suelen acumular una gran cantidad de gérmenes, por lo que es muy importante desinfectarlos cada día. Además de los propios aparatos de cada trabajador, como los ordenadores y sus periféricos, también hay otros de uso común que es muy importante desinfectar, como las fotocopiadoras e impresoras.
En estos casos, usar lejía o cualquier producto agresivo pueden estropear las pantallas y otros elementos. El agua en exceso, obviamente, tampoco es amiga de los elementos eléctricos. Así que las opciones para limpiar aparatos electrónicos se reducen a dos: una bayeta de microfibra que no deje pelusas ligeramente humedecida con agua y jabón neutro (sin espuma) o una bayeta y un producto limpiador específico para este tipo de aparatos.
Como consejos importantes, nunca hay que pulverizar ningún producto directamente sobre las pantallas, los monitores, el cableado ni los botones de los aparatos, y es preferible limpiar los aparatos electrónicos cuando estén apagados y fríos.
Limpieza del suelo
Los pavimentos de las oficinas pueden ser muy variados. De hecho, en una misma oficina puede haber suelos de diferentes materiales, por ejemplo, es común encontrar moqueta en la zona de trabajo y cerámico en los baños. En el proceso de limpiar una oficina paso a paso, la limpieza del suelo debe ser el último punto del que encargarse en el proceso rutinario. Además, es importante tratar cada pavimento de la manera más adecuada.
Para comenzar con esta tarea, debemos aspirar el polvo diariamente con un aspirador y dependiendo del tipo de suelo que tengamos, por ejemplo, si el suelo es de moqueta deberemos emplear otros procedimientos cada cierto tiempo como limpieza con espuma en seco o con máquinas de inyección-extracción.
Si el suelo es de mármol o granito, lo más recomendable es pasar una mopa de algodón y fregar el suelo con una fregona con un producto neutro especial para este tipo de suelo para no dañarlos y que brillen.
Los suelos que puedan fregarse y que sean resistentes, como los cerámicos, se deben desinfectar con lejía o algo similar. El parquet y la madera ha de limpiarse con productos específicos para estos materiales que cuiden el brillo y con poca agua.
Limpieza de cristales y mamparas
Las ventanas no se limpian a diario, es un trabajo que en función de la cantidad, puede llevar mucho tiempo. Aun así, son elementos muy importantes y deben dejar pasar la luz correctamente y proyectar una buena imagen de la empresa.
La limpieza de los cristales, en lo que a productos se refiere, es tan sencillo como usar amoniaco y agua o productos específicos para limpiar cristales.
Si las cristaleras son muy amplias, el trabajo puede ser más sencillo al utilizar elementos limpiacristales que ayuden a secar y mojar zonas amplias. Aunque para trabajos más profesionales, hay maquinarias de limpieza muy fáciles de usar y muy útiles.
Limpieza de baños
Por último, hay que centrarse en una de las zonas más usadas de las oficinas y que más se necesita higienizar, principalmente por cuestiones de salud: los baños y aseos.
Aquí, el producto más eficaz y común es la lejía. Siempre hay que diluir la cantidad adecuada en agua. Aunque hay miles de productos específicos para lavabos, espejos y demás, es demasiado engorroso usarlos todos en una limpieza de oficinas de manera profesional.
No hay que olvidar reponer los elementos consumibles como el papel y el jabón, y cambiar todas las bolsas de basura, del baño y de toda la oficina.
En Serviglobe tenemos una amplia experiencia en limpieza de oficinas, por lo que si quieres mantener tu oficina en perfecto estado, puedes contactar con nosotros y estaremos encantados de poder ayudarte.
